lunes, 28 de septiembre de 2009

Etapa III: programas de acción


El cambio conductual
La ayuda, como aquí se define, trata sobre la conducta y el cambio de la conducta, ya sea que esta conducta sea interna o externa, auto-orientada o interpersonal, pública o privada, individual o social. El propósito de la Etapa III no es sólo ayudar al orientado a hacer frente a las crisis presentes. El orientador puede enseñar al ayudado cómo evitar el vivir en crisis, cómo darse consejo a sí mismo y recibirla de sus amigos con objeto de evitar crisis innecesarias futuras y cómo planear y programar su vida para enriquecerla y disfrutarla como un proceso "de ser" tanto como "de llegar a ser".

Principios envueltos en el mantenimiento y cambio de conducta

- Refuerzo. El principio de refuerzo establece que una persona tiende a iniciar, mantener y fortalecer conductas por las cuales es recompensado de alguna manera, o sea, cuando recibe un reforzador. El refuerzo puede ser intrínseco o extrínseco, puede ser positivo (cuando se brinda algo agradable) o negativo (cuando se elimina algo desagradable). El refuerzo debe ser contingente a la conducta emitida que se desea reforzar.

- Castigo. El castigo reduce la frecuencia de una conducta no deseada, disminuye su probabilidad de ocurrencia. Este también puede ser positivo (cuando se agrega algún estímulo desagradable) o negativo (cuando se elimina algún estímulo agradable). Si bien el castigo tiende a suprimir conductas, no enseña nuevas conductas, dejando un vacío que debe ser llenado con conductas alternas reforzadas. El castigo tiene la inconveniencia de crear un clima emocional negativo y de satisfacer más las necesidades de desahogo de ira del castigador que las necesidades de corrección del castigado.

- Eludir. Consiste en evitar alguna situación, en este sentido, está muy relacionado con el refuerzo negativo ya que elimina un estímulo desagradable. Esta estrategia es con frecuencia improductiva y limita la posibilidad de un nuevo aprendizaje. Además, es fácilmente generalizable a situaciones similares y es resistente a la eliminación.

- Moldear. Dar forma, moldear, significa usar el refuerzo sistemáticamente en un proceso gradual, paso a paso, con objeto de instituir, aumentar y fortalecer conductas deseables o de eliminar gradualmente conductas indeseables. Antes de imponer al ayudado pasos muy grandes, hay que equiparlo con destrezas o recursos que necesite para dar tal o cual paso de acción.

Tener en cuenta: Las Etapas I y II del presente modelo pueden ser utilizados como programas de acción. La auto-exploración de la Etapa I y el auto-entendimiento de la Etapa II pueden ser utilizados como catarsis y reeducación emocional respectivamente. Durante la exploración de si mismo, el orientado puede exponer libremente sus emociones y pensamientos en el marco de la aceptación positiva incondicional, asegurándosele el soporte necesario. El auto-entendimiento es en sí una reeducación emocional en el marco del proceso de ayuda visto como un proceso de aprendizaje, des-aprendizaje y re-aprendizaje. A pesar de lo valioso que puedan ser, estos logros no contienen en sí mismos la llave para un vivir más constructivo, necesitan un complemento. Es necesario establecer un programa de acción acorde a las necesidades del ayudado.

El análisis de campo de fuerzas

El "campo" es una especie de campo de batalla en donde se mueve el ayudado quien lucha por vivir más efectivamente. Con él, interactúan fuerzas que le facilitan o restringen el bienestar.

Este análisis es sistemático y sencillo:

1. Se identifica un problema. Debe ser concreto y fácilmente identificable, además, su solución debe ser prioritaria para el orientado. Es el problema principal sobre el cual giran otros problemas.

2. Establezca una meta. La solución a ese problema es una meta. Esta debe ser concreta y realista.

3. Identificar las fuerzas restrictivas. Las fuerzas restrictivas son aquellas fuerzas que le alejan de su meta.

4. Identificar las fuerzas facilitadoras. Estas fuerza le ayudan a moverse hacia su meta.

5. Establecer pasos de acción. Deben ser pasos (1) orientados a reducir o eliminar las fuerzas restrictivas y (2) orientados a aumentar o consolidar las fuerzas facilitadoras. Estos deben ser medibles, realistas y concretos.

6. Implemente. Se deben implementar los pasos que son acordes al sistema de valores del ayudado y que le ayuden lo más efectivamente para alcanzar sus metas.

7. Revise y modifique. Durante la aplicación de los pasos de acción, el orientador debe brindar el soporte y la dirección necesarios. Asimismo, debe evaluar la evolución del cambio y modificar los pasos en la marca si es necesario.

Tener en cuenta: Puede utilizar la técnica del rotafolios para facilitar el análisis. Recuerde, tanto el problema, la meta, las fuerzas y los pasos deben ser expuestos de forma concreta, realizable y medible. Esto último es importante ya que da al orientado perspectiva de su progreso y mejoría. A continuación se brinda un ejemplo de un análisis de campo de fuerzas aplicado a una orientadora en adiestramiento.

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