domingo, 16 de diciembre de 2018

LA EDUCACIÓN ES TRIPARTITA (padres, maestros y alumnos)


La educación es un proceso para adquirir un mejor nivel de vida en cuanto a calidad, contempla instancias y espacios donde se conceptualizan y desarrollan acciones, logrando así el progreso de los educandos y por ende el progreso social y el desarrollo del país, contemplando aspectos que puedan representar un obstáculo para el logro de sus objetivos.
Uno de esos obstáculos es la drogadicción, un mal social que se va extendiendo a lo largo y ancho del país haciendo presa de la población más desprotegida: la juventud, tanto por la transición niño-adulto por la que pasa (cambios psicosociales acelerados), como por la desinformación existente sobre este tópico.
Para lograr que la educación repercuta en el mejoramiento de la calidad de vida es mediante la participación decidida de autoridades, padres de familia, docentes y alumnos, apoyados en metodologías que respeten el desarrollo e intereses de la niñez y juventud, pero a la vez que satisfagan las necesidades de los mismos. Por la misma razón se utilizan materiales diseñados con apego a la didáctica y se realizan talleres en los que se comparten las experiencias de los integrantes, pero sobre todo se logra una participación abierta y responsable para promover cambios reales en la educación de los infantes.
Esperando lograr concientizar a la sociedad de que sólo con una respuesta organizada y decidida lograremos la tarea conjunta de preparar una juventud consciente de la problemática que representa la drogadicción.
Esta campaña contempla dentro de sus estrategias los TALLERES PARA PADRES como respuesta a una demanda social de nuestra época, que propician una sensación de descalabro de valores que trasciende en la familia y la escuela.
Los TALLERES PARA PADRES recuperan la valiosa experiencia de cada uno de los integrantes que lo conforman; en ellos se propicia un espacio de reflexión sobre la familia, los hijos, las relaciones entre la familia y la escuela y las relaciones de la pareja.
Los TALLERES PARA PADRES son sesiones coordinadas por un asesor en donde los padres de familia de la comunidad escalar pueden compartir experiencias y ponerlas a disposición de los demás para enriquecerse mutuamente.
Cada familia, cada comunidad, cada TALLER es distinto, por eso el asesor ha de encontrar, con base en el sentido común y su experiencia la mejor manera de organizarlo. Lo que aquí se presenta son sugerencias y guías que deberán ser adaptadas a la realidad que vive cada grupo.
La Metodología Participativa que se pretende impulsar se concreta a través del intercambio de experiencia, análisis de casos y dinámicas grupales. El asesor y el grupo están en libertad de planear las sesiones, elaborar sus propios materiales y lecturas.
REFLEXIÓN
Algo que deberíamos tener en mente.
Si tú crees que estás derrotado, lo estás.
Si tú crees que no te atreves, no lo harás.
Si te gusta ganar, pero crees que no puedes vencer, es casi un hecho que vas a perder.
Si tú crees que vas a perder, estás perdido, porque en ese momento encontramos que el éxito empieza en la voluntad del hombre y que reside en una actitud personal.
Si tú crees que eres inferior, lo eres; tienes que pensar en grande, para elevarte tienes que estar seguro de ti mismo, antes de poder alcanzar la cumbre.
Las batallas de la vida no siempre las gana el hombre más fuerte o más veloz, tarde o temprano el hombre que triunfa es aquél que cree que puede triunfar.
CONCEPTO
¿Por qué hablamos de esto?
Cuando uno va creciendo, va aprendiendo cosas fuera y dentro de la escuela, un buen día conocemos a alguien que nos atrae; a veces nos enamoramos y otras, casi sin darnos cuenta por completo, nos unimos con una pareja para formar una familia; de esa unión vienen los hijos y así, con momentos de felicidad, de angustia, de tristeza y dificultades, de satisfacciones y sacrificios, vamos formando a nuestros hijos y nos vamos adaptando como pareja.
Es muy común que la gente piense que uno aprende a ser padre de familia sobre la base de cometer aciertos y errores; muchas veces como padres de familia y como matrimonios repetimos las mismas conductas que en nuestra casa hemos visto, pero todos sabemos que para bien o para mal, el tiempo y la forma de vivir de nuestros hijos es distinta a la nuestra, y la formación que nuestros padres nos dieron no siempre es la mejor formación que nosotros podemos dar a nuestros hijos.
En ocasiones recomendamos algunas cosas que nuestros padres hicieron con nosotros y pensamos que no lo debemos repetir con nuestros hijos.
Para lograr ser buenos padres de familia se requiere de aprendizaje; a la mayoría de nosotros nos orienta el amor que le tenemos a los hijos, pues queremos sólo lo mejor para ellos, pero a veces los buenos sentimientos no son suficientes y nos surgen dudas y preocupaciones sobre si estaremos formando una familia de la mejor manera posible.
También como pareja vamos cambiando: el atractivo y los sentimientos para con nuestro compañero (a), para bien o para mal van siendo distintos al transcurrir el tiempo. Los sentimientos durante el noviazgo y los primeros meses de matrimonio, se van enfrentando a los retos que vivimos todos los días, a las dificultades económicas, el carácter de cada uno de nosotros, la realidad sexual, las costumbres, los gustos, las actividades, las formas de diversión, la forma de pensar, la llegada de los hijos, la salud, la edad, nos va cambiando y esto influye en nuestra actuación como familia.
En múltiples ocasiones, los padres de familia han manifestado su preocupación porque cada vez es más difícil mantener a la familia unida. Mucha gente piensa que si no hacemos algo como sociedad para fortalecer a la familia, entonces la delincuencia, la violencia, el pandillerismo, la drogadicción y muchos otros males, poco a poco nos destruirán como comunidad.
En nuestro país desde hace algunos años, se realizan esfuerzos por crear escuelas para padres. El DIF, el IMSS, algunas iglesias y otras organizaciones han impulsado escuelas de orientación familiar pero esta tarea no es fácil por muchas causas:
Primero, tenemos que reconocer que cada persona es distinta, que aún dentro de la familia, cada hijo es distinto. Entonces no existe una sola forma de ser buena madre o padre y un buen esposo o esposa.
Tenemos que entender que nadie es mejor, que cada uno de nosotros puede conocer cómo mejorar nuestra familia, pero que requerimos orientación y experiencia que nos den idea de cómo resolver nuestro rol de padres.
Por eso, los Talleres para Padres, no son un ciclo de conferencias donde gente especializada tiene la solución a nuestras preocupaciones, porque esas soluciones varían de familia a familia y lo que funciona en un hogar no necesariamente funcionará en otro, lo que nos acerca a un hijo, puede ser distinto a lo que nos acerca o otro.
Los Talleres para Padres, son un espacio para pensar juntos en familia, para oír y compartir experiencias, para tomar ideas y realizar acciones en bien de los hijos.
En estos talleres nadie tiene la mejor solución, la mejor preparación o el mejor punto de vista. Los talleres son lugares donde se reúne gente que comparte el deseo de ser mejor, pero que entiende que cada familia, que cada matrimonio es algo distinto y especial.
El objetivo de los talleres es mejorar como miembros de una familia en las relaciones con la pareja, los hijos, la escuela y la comunidad.
Los integrantes de los Talleres para Padres se reúnen dos horas a la semana durante diez sesiones para compartir experiencias como miembros de una familia. Se trata de escuchar ideas y formas de pensar con experiencias distintas a las nuestras y que entre todos nos podemos ayudar.
En este curso de Talleres para Padres abordaremos una de las problemáticas más graves de la actualidad: las adicciones. Hablaremos de sus causas y consecuencias, enfocándonos a la prevención desde el núcleo de la sociedad que es la familia. Es por eso que los temas escogidos para este curso están relacionados con los valores en la familia y sus relaciones con la integridad física y la psicológica del ser humano.
REFLEXIÓN
Un pendiente en la agenda
Hablar con el muchacho, así escribió en su agenda un padre. Se lo había pedido su esposa, preocupada. Los maestros se quejaban de su hijo: faltaba a clases, fracasaba una y otra vez en los exámenes. Se mostraba irrespetuoso. Además gastaba más dinero del que convenía a un chico de su edad. Y aquellas compañías...
Pero cosas de trabajo, la necesidad de triunfar en la vida, de no quedarse atrás. Se fue pasando el tiempo y nunca habló con él. Y un día el tiempo se vino abajo... todo de repente.
Cuando volvió a su casa, con la espalda encorvada, por el peso del sufrimiento y la vergüenza, entró en su cuarto y vio sus cosas.
Todas sus cosas eran extrañas, como extraño había sido siempre su hijo para él. Quizá pudo decir alguna vez que tenía un hijo, pero ciertamente su hijo no pudo decir jamás que tuvo un padre,
Y ahora... la cárcel, la acusación -probada- de andar con cosas de drogas y de automóviles robados, la fotografía en el periódico y las conversaciones que cesaban bruscamente cuando llega él.
Sintió de pronto la ausencia de aquel hijo, que ahora llevaba como una herida en la mitad del pecho. Se puso a revolver papeles viejos en busca de una fotografía que le diera al menos la imagen de un día pasado en familia felizmente.
No encontró nada. Sólo la hoja rota de una olvidada agenda, y en ella la inscripción borrosa por el paso de los años. "Habla con el muchacho"...
Reflexiones... El tiempo dedicado a nuestros hijos es la mejor inversión
Ejercicio
La palma de la mano
Les voy a entregar una hoja en blanco y un lápiz y quiero que sigan mis instrucciones.
Pongan la hoja sobre el pupitre.
Ahora pongan su mano izquierda sobre la hoja (los que sean zurdos pongan la mano derecha).
Ahora dibujen con el lápiz la orilla de su mano, de esta manera. Al terminar colóquenla en la espalda.
Ahora sin verla trate de dibujar las principales líneas de la palma de su mano. ¿Quién conoce la palma de su mano?, ¡Cómo la palma de su mano!
(Dejar que se den algunos comentarios).
A veces decimos que conocemos algo como la palma de nuestra mano y estamos tan seguros de ello que nos atrevemos a decir juicios sin escuchar razones.
Con nuestros hijos sucede algo parecido, están siempre ahí, conocemos su figura, su andar, pero... ¿Los conoceremos como la palma de nuestra mano?
A veces cuando nos comentan que un muchacho anda en malos pasos o hace algo malo que nos escandaliza, pensamos que nuestros hijos jamás harían algo así y decimos conocerlos a la perfección.
Es posible que sea cierto, pero también es cierto que el ser humano jamás termina por conocérsele: por eso es importante que hagamos un esfuerzo por conocer mejor a nuestros hijos cada día más.
Es importante no dejarnos guiar por nuestros ojos de padres que en ocasiones nos ciegan o deforman la realidad observando la bueno o exagerando lo que creemos malo.
Es importante que como pareja comparemos nuestra apreciación de la realidad: que ejercitemos nuestra capacidad de observación con ejercicios simples como, por ejemplo describir por separado las características de los hijos y comparar resultados; incluso los hijos pueden hacer su propia apreciación de sí mismos y compararla con la de los padres.
El proceso de reconocimiento familiar se da durante toda la vida, pero debemos iniciarlo desde los primeros años, estableciendo una comunicación total entre los miembros de la familia creando un ambiente de armonía y respecto al carácter, los gustos y aficiones de los demás.
El arte del matrimonio.
Un buen matrimonio debe crearse.
Dentro de éste, las cosas pequeñas son las más importantes...
Es nunca ser demasiado viejo para tocarse de las manos.
Es recordar decir "te quiero" por lo menos una vez al día.
Es nunca ir a dormir estando enojados
Es estar de acuerdo en los valores y tener objetivos comunes.
Es estar juntos frente al mundo.
Es formar un círculo de amor que una a toda la familia.
Es decir palabras de estímulo y siempre demostrar gratitud con detalles y cariño.
Es tener la capacidad de perdonar y olvidar.
Es dar al otro una atmósfera en la que cada uno se pueda desarrollar,
Es realizar una búsqueda en común de lo bueno y de lo hermoso.
No es solamente casarse con la persona adecuada...
Es ser el socio ideal.

Wilferd A. Peterson.

DOS TENDENCIAS

Para comprender mejor a la educación para la

vida y cómo surge esta tendencia pedagógica humanista
debemos echar un vistazo al panorama de
situación educacional que presenciamos consiste,
la educación actual. Al comenzar el siglo XXI la
entre dos tendencias pedagógicas fundamentales:
en sus rasgos esenciales, en la lucha, en el debate,
yen vías de extensión (que podríamos denominar
una declinante y en vías de extinción (la que podemos
llamar pedagogía del saber) y otra emergente

1. La primera es la tendencia sobreviviente de la
pedagogía del ser o educación para la vida).
Una presentación inicial de ambas diría que:
exámenes de la escuela y no para los exámenes
educación tradicional, intelectualista (o
cognitivista) o pedagogía del saber, cuyo objetivo
de conocimientos (un aprender para los
principal es la transmisión y acumulación
de la vida) y se caracteriza por ser: informativa
impone su criterio sin la participación del
y no informativa: memorista y pasivareproductiva,
en que el alumno se limita a
autoritaria o autocrítica, porque el maestro
memorizar y a repetir lo que se le dice o lee: o
gradual pero fmnemente la tendencia
alumno; dogmática porque se le dice al alumno
lo que debe saber y creer; cerrada o acabada,
completos, terminados, abortando o frustrando
porque el maestro suministra conocimientosla creatividad del alumno.
propende al desarrollo integral de la personalidad,

2. Frente a esta concepción tradicional, está surgiendo
de la educación humanista, con variadas modalidades,
llamar pedagogía del ser, que consiste
pero con un tronco común que podríamos
en una educación para la vida, en sus dos
con la vida en el doble sentido de abrir, de
vertientes, individual y social.
Esta pedagogíade las potencialidades del ser humano y a
la plenitud humana. Se caracteriza por los
siguientes principios rectores: la educación
centrada en el alumno, en su atención y comprensión;
el respeto, aceptación y amor al
la vitalizacián de la escuela, su vinculación
educando, como actitud fundamental del educador;
la escuela tradicional, pero principalmente la
llevar la escuela a la vida y traer e introducir la
vida en la escuela, la escuela como un taller
frente al embalsamiento y momificación del
para la vida, para la vida naciente y creadora
frente a la pasividad, la inercia y el bostezo de
pasado en la escuela tradicional; la actividad
hacia la comunidad, hacia la sociedad,
autoactividad, es decir, la generada y dirigida
por el propio alumno; la espontaneidad creadora,
frente al formalismo, la rigidez y el
para tener iniciativas, para expresarse y elegir;
autoritarismo, la libertad y la espontaneidad
para una convivencia armoniosa y cooperativa,
finalmente, la educación para la vida está orientada
Rey y Rodríguez (1999), Rezk (1976), Sabogal,
para promover la responsabilidad y la conducta
prosocial (véanse Ardila (1993), Arón y
Kohan (1998), Covarrubias (1980), Luzoro y
Milicic (2000), Chadwick (1988), Cortada de
Guadalupe y Bruner (1989), Overmier (1986),
Amigo (1987), Marín Sánchez, Infante Rejanoy Troyano Rodríguez (2000), Oblitas
Minzi (1976).
Otero y Ardila (1975), Santos Trigo (1996),
Speller (1978), Stefani, Rodríguez Feijóo y De

Padres eficaces

Al entrar en la enseñanza Secundaria hay una cierta relajación en la atención que los padres prestan a sus adolescentes. Nada más equivocado...