Los   síntomas   depresivos   en   los   adolescentes   son   tomados   con   frecuencia   como
«comportamiento  normal  del  adolescente»,  y  se  considera  que  son  el  producto  de  los cambios hormonales normales,  lo que, en muchos casos, dificulta  el  diagnóstico, negando o  retardando  la  ayuda  que  necesitan. 
El  mayor  número  de  adolescentes  deprimidos  está 
 
 
 
 
 
 
 
         
 
entre  los  13  y  los  15  años  de  edad,  rango  que  coincide  con  las  épocas  de  más  baja 
autoestima de este particular período del crecimieno.Los  adolescentes  no  necesitan  «razones  de  peso»  para  deprimirse.  En  apariencia  soninvencibles  e  invulnerables,  pero  en  el  fondo  pueden  estar  profundamente  cuestionados  y dolidos, no tienen consolidada su identidad y son severos críticos de sí mismos. 
La   depresión   parece   presentarse   con   mayor   frecuencia   en   familias   con   problemas 
maritales, en las que el adolescente tiene más dificultad de establecer su identidad (Revista 
del  IX  Congreso  Nacional  de  Medicina  General,  Op.   
cit.),  aunque  es  importante  recordar que cada adolescente es único en la forma que respo
nde al ambiente que lo rodea, no sólo al ambiente familiar sino al escolar y con los amig
os.
La sensibilidad del adolescente se altera por el manejo de las emociones en conflicto junto 
con  el  despertar  de  la   sexualidad.  Los  cambios  que ocurren  en  el  cuerpo  de  los adolescentes no son asimilados en forma adecuada por algunos de ellos, lo cual les genera depresión.  Adolescentes  sometidos  a  abuso  sexual  y/ o  con  problemas  de  orientación sexual (homosexualidad)  pueden  presentar también uncuadro depresivo. Cerca de los  14 años, las adolescentes tienen el doble de probabilidades de entrar en un cuadro depresivo (Ibídem). 
El  adolescente  promedio  manifiesta  aburrimiento,  pérdida  de  interés,  desmotivación  y/o 
tendencias  a  actuaciones  antisociales  o  apatía  (poco  interés)    ante  situaciones  que  de  lo contrario serían atractivas. Es muy factible encontrar comportamientos más bien agresivos, 
descalificadotes y desafiantes que de tristeza o abatimiento como tales. 
Los padres con frecuencia notan en ellos bajo rendimiento académico, irritación constante y 
problemas  para  dormir. 
En  los  casos  más  severos  de depresión,  los  jóvenes  pueden comenzar  a  pensar  en  el  suicidio.  Muchos  de  los  intentos  suicidas  de  la  juventud  se enmascaran  como  «accidentes»  de  severidad  considerable,  como  en  las  muertes  que 
ocurren  como  resultado  de  conducir  vehículos  automotores  a  exceso  de  velocidad,  en 
ocasiones   bajo   el   efecto   de   drogas   o   por   el   consumo de   bebidas   alcohólicas   en adolescentes deprimidos, tal como se comentó anteriormente.
Es importante tener siempre presente el tiempo en el que se han presentado los síntomas. 
Si  el  adolescente  presenta  ideas  suicidas,  falta  de apetito  y  falta  de  interés  en  toda 
actividad social durante más de 2 semanas, se debe estar muy alerta. Tienden a aislarse y 
a tener ideas suicidas por los sentimientos de culpa  y de incapacidad para afrontar la vida 
diaria.  La  depresión  en  el  adolescente  envuelve  más problemas  interpersonales  y  de  baja 
estima que la depresión en el adulto.
En  algunos  casos  se  puede  confundir  este  comportamiento  alterado  con  el  síndrome  de 
falta de atención, agresividad, hiperactividad, desórdenes de la alimentación, problemas del 
sueño, cuando en realidad la enfermedad de fondo esla depresión. 
Es  parte  de  nuestra  labor  como  docentes  el  estar  con  los  ojos  muy  abiertos  para  detectar 
este tipo de sintomatología en nuestros adolescentes, para poder brindarles la mejor y más 
pronta orientación y que así puedan recibir la atención adecuada. La conducta abúlica de los adolescentes muchas veces no obedece a que no encuentran algode su interés y estén aburridos sino a que están deprimidos.  
La etapa adolescente conlleva una serie de situaciones de cambio que hay que afrontar    y    que  no todos pueden lograr con éxito.
El  hecho  de  tener  un  comportamiento  retraído  en  exceso,  de  mostrarse  preocupado,  de sentirse  temeroso  al  extremo  y  aislado  pueden  ser  los  síntomas  que  enciendan  la  señal  de alarma. 

