sábado, 7 de mayo de 2016

Sindromes



REV NEUROL 2002; 35 (9): 883-890 P.L. RODRÍGUEZ-GARCÍA, ET AL 884

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DEFINICIÓN DE SÍNDROME
Para diagnosticar un síndrome es indispensable saber los caracteres necesarios para usar este calificativo. El desconocimiento de estos rasgos esenciales ocasiona que una persona, sin importar su nivel de conocimientos, pueda llamar síndrome a cualquier entidad y que no se disponga de evidencia para juzgar la veracidad de lo planteado.

Por lo tanto, se impone, de entrada, una delimitación conceptual para saber a qué se hace referencia, ya que la terminología en este campo puede resultar llamativamente equívoca. Al revisar algunos diccionarios médicos en español sobre el tema se encuentran las siguientes descripciones:

1.     Cuadro o conjunto sintomático; serie de síntomas y signos que existen a un tiempo y definen clínicamente un estado morboso determinado.
2. Conjunto de signos y síntomas asociados con cualquier proceso morboso, que constituyen el cuadro de la enfermedad.
3. Complejo de signos y síntomas resultantes de una causa común o que aparecen en combinación como expresión del cuadro clínico de una enfermedad o de una alteración hereditaria.
Estas definiciones no reflejan con exactitud todos los aspectos esenciales que permiten calificar a una entidad como síndrome, y así se posibilita cierto libertinaje y manipulación de los términos.
En primer lugar, se podría interpretar que un síndrome es simplemente cualquier combinación de síntomas y signos que se da con alta frecuencia en distintas enfermedades, o que es una manifestación que se detecta por diferentes métodos, o que es un síntoma principal asociado con otros síntomas variables en presentación e inespecíficos para un trastorno concreto.
Estas situaciones obedecen a que en las concepciones de uso común se obvia un requisito clave al agrupar los síntomas y signos: el establecimiento de la relación y la dependencia patogénica por medio de algún rasgo anatómico, fisiológico o bioquímico peculiar. Es decir, para plantear este tipo de entidad debe existir un mecanismo asumible, desde el punto de vista biológico, que explique cómo la lesión conlleva la aparición de varias manifestaciones.

Un principio fundamental en el que insistía De Nadal y que recuerda L. Barraquer Bordas es: ‘Todo síndrome es siempre funcional, esto es, representa la configuración semiológica del disturbio de unas determinadas funciones, sea cual fuere la base anatómica de este disturbio. De tal manera, que por el síndrome en sí mismo no podemos calibrar el estado anatómico (lesional) y sí solamente el funcional. Incluso en rigor no podemos siquiera ase-
gurar que haya lesión en el sentido clásico, grosero si se quiere’ Además, en relación con el estudio de la causa del síndrome se acostumbra a inculcar que siempre existen múltiples causas que pueden reconocerse. Hay que recordar que existen entidades monopatogénicas y policausales, pero que la categoría a la que hacemos referencia se usa particularmente para expresar condiTabla I.
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Clasificación semiológica de los síndromes neurológicos.
Categoría tradicional
Ejemplos de síndromes
Déficit sensitivo
Polineuropático, radicular posterior, cordonal posterior, centromedular, Brown-Séquard, Wallemberg, Déjerine-Roussy, Déjerine-Mouzon, Verger-Déjerine

Cefalea
Hipertensión endocraneal, migraña clásica, migraña hemipléjica, migraña oftalmopléjica, cefalea tensional, disfunción de la articulación temporomandibular, irritación meníngea (meningitis aséptica, hemorragia subaracnoidea), posconmocional Debilidad muscular
Motoneuronopatía superior, motoneuronopatía inferior Hemiplejía Hemiparesia motora pura, hemiparesia atáxica, Weber, Foville superior, Millard-Gübler, Foville inferior,
Raymond-Cestan

Paraplejía
Mielopatía ventral, mielopatía sensitivomotora transversal aguda Epilepsia Encef
alopatía mioclónica neonatal, encefalopatía epiléptica neonatal, epilepsia mioclónica benigna de la infancia, epilepsia mioclónica refleja de la infancia, epilepsia mioclónica infantil familiar, West, Lennox-Gastaut, ausencias con mioclonías palpebrales, epilepsia mioclonicoastática, epilepsia-ausencias mioclónicas, epilepsia mioclónica juvenil, convulsiones neonatales familiares benignas, convulsiones neonatales benignas, encefalopatía epiléptica infantil precoz, epilepsia-ausencias infantil, epilepsia-ausencias juvenil, epilepsia con crisis tonicoclónicas generalizadas en el niño, epilepsia con crisis tonicoclónicas generalizadas de la adolescencia o gran mal del despertar, convulsión febril
simple y complicada

Ataxia
Cerebeloso estático, cerebeloso cinético, cerebeloso cinético bilateral, vestibular, ataxia frontal Pérdida visual o ceguera Amaurosis fugaz, neuropatía óptica retrobulbar, neuropatía óptica distal, Foster-Kennedy, Anton

Oftalmoplejía externa
Nothnagel, Benedikt (peduncular posterior), Weber (peduncular anterior), esfenocavernoso, Tolosa-Hunt, Foville superior, Foville inferior, Millard-Gübler, Raymond-Cestan

Oftalmoplejía interna
Argyll-Robertson, Weber, pupila tónica de Adie, Pourfour du Petit, Horner
Deterioro de conciencia Confusión mental, delirio, estupor, coma, locked-in
(‘del encerrado’), catatonia, abulia, vegetativo y pseudocomas (dismetafunción encefálica), muerte cerebral.

Afasia
Afasia de Broca, afasia de Wernicke, afasia de conducción, afasia motora transcortical, afasia sensorial transcortical, afasia transcortical mixta, afasia nominal (amnésica), afasia global

Alteraciones neuropsíquicas

Depresión, ansiedad, amnesia, demencia, esquizofrenia, abstinencia alcohólica, dependencia alcohólica, posconmocional  emociones congénitas y trastornos en los que existe pobre o nula aclaración de las causas. Este desconocimiento de la causa hace que, en ocasiones, la misma palabra se utilice para denominar tanto a la entidad sindrómica como a la enfermedad en sí.

Afortunadamente, los editores de Principios de Medicina Interna de Harrison exponen una definición muy satisfactoria:

‘El síndrome es el conjunto de síntomas y signos que definen una función alterada y que se relacionan entre sí por medio de algún rasgo anatómico, fisiológico o bioquímico peculiar’.

Añadimos que, por lo general, pero no siempre, obedece este rasgo a múltiples causas diagnosticables.

Las ventajas de la clasificación sindrómica son evidentes: procuran más información sobre las manifestaciones, etiología y patogenia.

A la vez, orientan hacia el diagnóstico y la elección del tratamiento

jueves, 5 de mayo de 2016

Cuadro Comparativo Adolescentes efectivos contra inefectivos



PsicoWEB
Los Siete Hábitos de los Adolescentes Altamente efectivos
Los Siete Hábitos de los Adolescentes Altamente inefectivos

1. SER PROACTIVO

Una persona proactiva no culpa a los demás por lo que le está pasando, es consciente de que fueron sus decisiones las que la llevaron donde está pero no se queda en el simple reconocimiento de sus acciones, tiene el poder para decir "estoy aquí por las decisiones que tomé, pero mañana quiero estar allá".
La proactividad se basa en guiarnos por nuestros valores, en no entregar a otros el control sobre nuestras decisiones y en trabajar continuamente en nuestro desarrollo buscando influenciar a quienes se encuentran en nuestro entorno cercano.

1. REACCIONA

Achaca todos tus problemas a tus padres, a tus profesores, a tu pésimo barrio, a tu novio o novia,
 al gobierno, o cualquier otra cosa que no seas tú. 
Sé una víctima. No tomes ninguna responsabilidad 
por tu vida. Si tienes hambre, come. Si alguien te 
grita, respóndele a gritos. Si tienes ganas de hacer 
algo que sabes que está mal, entonces hazlo.

2. EMPEZAR CON EL FINAL EN MENTE Si empezamos cada día de nuestras vidas sabiendo lo que queremos hacer y hacia dónde nos dirigimos, seguro que llegaremos al liderazgo personal. Para desarrollar este hábito existe una herramienta fundamental LA MISIÓN PERSONAL, que es una declaración basada en nuestros principios y valores, de manera que nos permita tomar decisiones derivadas de ellos. Antes de determinar nuestra MISIÓN PERSONAL debemos encontrar nuestro centro, el cual está dado por la forma en que miramos el mundo. Nuestro centro es nuestra fuente de mayor seguridad y es una guía para nuestras decisiones. Para desarrollar el segundo hábito debemos encontrar el centro más adecuado, aquel basado en principios que no cambian con el tiempo ni bajo otras circunstancias. Centros erróneos son por ejemplo, la familia, el dinero, las posesiones, el poder y el trabajo, ya que pueden cambiar con el tiempo. Cuando uno se basa en principios analiza y sopesa todas las posibilidades sin que los centros erróneos afecten sus decisiones.


2. COMENZAR SIN UN FIN EN LA MENTE

No tengas planes. Evita las metas a toda costa. 
Y nunca pienses en el futuro. ¿Para qué preocuparte 
por las consecuencias de tus actos? Vive el 
momento. Duérmete, desperdicíate y tómalo 
todo a la ligera, porque mañana nos moriremos.

3. PONER PRIMERO LO PRIMERO

Una vez que se han desarrollado los 2 primeros hábitos se está en posición de implementar el tercero: priorizar. Casi toda la gente está en la búsqueda de organizar el tiempo, pero casi nadie se preocupa por organizar sus prioridades, lo cual resulta siempre más efectivo. La cuestión es que para ser realmente efectivo, se debe poner lo verdaderamente importante por encima de lo urgente, ya que lo urgente sólo es importante para otros. Logrando desarrollar este hábito se aplica el principio de implementar nuestros planes de acción para lograr propósitos significativos.

3. PRIMERO LO ULTIMO

Sea lo que sea más importante en tu vida, no lo 
hagas sino hasta que hayas pasado el suficiente 
tiempo viendo la televisión, hablando interminabl_
emente por teléfono, navegando en Internet y 
platicando. Siempre deja para mañana tu tarea. 
Asegúrate de que las cosas que no sean importantes siempre sean antes que las que sí lo son.






4. PENSAR GANAR/GANAR La cultura en la que vivimos está enmarcada en el concepto de yo gano-tu pierdes. Desde pequeños lo vemos en la escuela, luego en la universidad, más adelante en el trabajo, en la política y en los negocios. En la cabeza tenemos instalado el chip de la competencia en lugar del chip de la colaboración. Para ser realmente efectivos debemos pensar GANAR/GANAR en todas nuestras relaciones interpersonales, "hay suficiente para todos". La victoria de uno no siempre es la derrota del otro, desarrollar el cuarto hábito quiere decir que ambas partes de cualquier acuerdo siempre saldrán beneficiadas


4. PENSAR GANAR - PERDER

Ve la vida como una competencia perversa. Tu compañero de clase te atacará, así que es mejor 
que lo ataques primero. No permitas que los 
demás tengan éxito en alguna cosa porque, recuerda 
que si ellos ganan, tú pierdes. Si te da la impresión
 de que estás a punto de perder, entonces asegúrate 
de arrastrar a los demás contigo.

5. ANTES QUE BUSCAR SER COMPRENDIDO, COMPRENDER Es difícil interactuar con otros, dialogar o convivir sin tener problemas, si buscamos encontraremos que en la raíz de estos problemas está la dificultad de comprendernos unos a otros. El quinto hábito consiste en aprender a escuchar, en entender a los demás desde su propia perspectiva, si logramos desarrollar este hábito podremos no sólo evitar problemas interpersonales, sino adelantar con más agilidad los procesos con soluciones GANAR/GANAR.


5. PRIMERO HABLAR Y LUEGO FINGIR QUE SE ESCUCHA

Naciste con una boca, así que úsala. Asegúrate de 
hablar mucho. Siempre explica primero tu versión 
de la historia. Una vez que te asegures de que los 
demás comprenden tu punto de vista, entonces finge escuchar asintiendo y diciendo "ajá". O, si realmente quieres la opinión de los demás, dala tú primero.

6. SINERGIZAR EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE SUS PARTES, eso significa la sinergia. La creación de este hábito requiere del trabajo en equipo, el cual, cuando se basa en la confianza y en los principios, genera creatividad, innovación y efectividad.


6. NO COOPERAR

Afrontémoslo: otras personas son extrañas porque 
son distintas a nosotros. ¿Para qué llevarse con 
ellos? El trabajo en equipo es para los perros. 
Puesto que tú eres el que siempre tiene las mejores ideas, te irá mejor si haces todo solo. Sé una isla.


7. AFILAR LA SIERRA

El desarrollo de este hábito se da cuando somos capaces de hacer mantenimientos e innovaciones benéficas a los demás hábitos.
Si recuerdas el principio del P/CP, afilar la sierra significa que si nos dedicamos solamente a aserrar, sin mantener la sierra, sin afilarla, seguramente llegará el momento en que ya no podamos aserrar más.
Desarrollar estos hábitos requiere de inversión, de tiempo y de ganas, lo más posible es que nos enfrentemos a nosotros mismos, pero comenzando por el principio, siendo proactivos, habremos dado un primer gran paso para alcanzar la efectividad

7. DESGASTARSE

Ocúpate tanto con tu vida, de modo que nunca tengas tiempo para renovarte o superarte. Nunca estudies. 
Nunca aprendas nada nuevo. Evita el ejercicio como 
la plaga. Y, además, aléjate de los buenos libros, la naturaleza o cualquier otra cosa que pueda inspirarte.

Los Siete Hábitos de los Adolescentes Altamente efectivos

Psiquemotive Página WEB


1. SER PROACTIVO

Una persona proactiva no culpa a los demás por lo que le está pasando, es consciente de que fueron sus decisiones las que la llevaron donde está pero no se queda en el simple reconocimiento de sus acciones, tiene el poder para decir "estoy aquí por las decisiones que tomé, pero mañana quiero estar allá". La proactividad se basa en guiarnos por nuestros valores, en no entregar a otros el control sobre nuestras decisiones y en trabajar continuamente en nuestro desarrollo buscando influenciar a quienes se encuentran en nuestro entorno cercano.

2. EMPEZAR CON EL FINAL EN MENTE

Si empezamos cada día de nuestras vidas sabiendo lo que queremos hacer y hacia dónde nos dirigimos, seguro que llegaremos al liderazgo personal. Para desarrollar este hábito existe una herramienta fundamental LA MISIÓN PERSONAL, que es una declaración basada en nuestros principios y valores, de manera que nos permita tomar decisiones derivadas de ellos. Antes de determinar nuestra MISIÓN PERSONAL debemos encontrar nuestro centro, el cual está dado por la forma en que miramos el mundo. Nuestro centro es nuestra fuente de mayor seguridad y es una guía para nuestras decisiones. Para desarrollar el segundo hábito debemos encontrar el centro más adecuado, aquel basado en principios que no cambian con el tiempo ni bajo otras circunstancias. Centros erróneos son por ejemplo, la familia, el dinero, las posesiones, el poder y el trabajo, ya que pueden cambiar con el tiempo. Cuando uno se basa en principios analiza y sopesa todas las posibilidades sin que los centros erróneos afecten sus decisiones.  

3. PONER PRIMERO LO PRIMERO

 Una vez que se han desarrollado los 2 primeros hábitos se está en posición de implementar el tercero: priorizar. Casi toda la gente está en la búsqueda de organizar el tiempo, pero casi nadie se preocupa por organizar sus prioridades, lo cual resulta siempre más efectivo. La cuestión es que para ser realmente efectivo, se debe poner lo verdaderamente importante por encima de lo urgente, ya que lo urgente sólo es importante para otros. Logrando desarrollar este hábito se aplica el principio de implementar nuestros planes de acción para lograr propósitos significativos.

  4. PENSAR GANAR/GANAR

 La cultura en la que vivimos está enmarcada en el concepto de yo gano-tu pierdes. Desde pequeños lo vemos en la escuela, luego en la universidad, más adelante en el trabajo, en la política y en los negocios. En la cabeza tenemos instalado el chip de la competencia en lugar del chip de la colaboración. Para ser realmente efectivos debemos pensar GANAR/GANAR en todas nuestras relaciones interpersonales, "hay suficiente para todos". La victoria de uno no siempre es la derrota del otro, desarrollar el cuarto hábito quiere decir que ambas partes de cualquier acuerdo siempre saldrán beneficiadas

 5. ANTES QUE BUSCAR SER COMPRENDIDO, COMPRENDER

  Es difícil interactuar con otros, dialogar o convivir sin tener problemas, si buscamos encontraremos que en la raíz de estos problemas está la dificultad de comprendernos unos a otros. El quinto hábito consiste en aprender a escuchar, en entender a los demás desde su propia perspectiva, si logramos desarrollar este hábito podremos no sólo evitar problemas interpersonales, sino adelantar con más agilidad los procesos con soluciones GANAR/GANAR.

 6. SINERGIZAR EL TODO ES MÁS QUE LA SUMA DE SUS PARTES,

Eso significa la sinergia. La creación de este hábito requiere del trabajo en equipo, el cual, cuando se basa en la confianza y en los principios, genera creatividad, innovación y efectividad.

7. AFILAR LA SIERRA

 El desarrollo de este hábito se da cuando somos capaces de hacer mantenimientos e innovaciones benéficas a los demás hábitos. Si recuerdas el principio del P/CP, afilar la sierra significa que si nos dedicamos solamente a aserrar, sin mantener la sierra, sin afilarla, seguramente llegará el momento en que ya no podamos aserrar más. Desarrollar estos hábitos requiere de inversión, de tiempo y de ganas, lo más posible es que nos enfrentemos a nosotros mismos, pero comenzando por el principio, siendo proactivos, habremos dado un primer gran paso para alcanzar la efectividad.

Padres eficaces

Al entrar en la enseñanza Secundaria hay una cierta relajación en la atención que los padres prestan a sus adolescentes. Nada más equivocado...