jueves, 29 de noviembre de 2018

La libertad por consumo no es libertad




Ser libre es propio de las personas individuales, pero ellos en este mundo son sólo granos de arena en un puño, y cuantitativamente ¿Cuánto representa eso, si el resto es el inmenso desierto?
La sociedad ha establecido una trama compleja en el que las libertades se entremezclan con conductas propias del común social. Se puede estar con un severo lavado de cerebro y se puede pensar que nada pasa, se cree tener una personalidad cuando no se es más que un mono que imita las conductas del entorno, de los medios de comunicación muchas veces tan perniciosos para el ser humano.
Hay que repetirlo una y otra vez, la verdadera libertad no puede empezar si no hay individualidad, el hombre individual tiene ideales y en base a ellos que hasta pueden parecer quimeras construye formas de expresión que escapan de la mediocracia.

Si las personas que dirigen una sociedad, comunidad, empresa o familia son de ese tipo es seguro que su entorno estará envuelto en una fragancia de verdadera libertad. Porque ser individual es ser libre, y ser libre es más que poder caminar por las calles y elegir que ropa ponerse, ser libre es identificar en si mismo el gran potencial de nuestra mente que es nuestro tesoro, es reconocer lo que somos y cuanto valor poseemos y finalmente es hacer uso de la capacidad de progresar y desarrollarse.

El hombre individual rompe esquemas, estereotipos, porque es audaz, aporta ideas nuevas y frescas, concibe en su mente objetivos que al común social le pueden parecer sueños imposibles. Un hombre o una mujer así, es un ser auténticamente libre.
Si las personas que dirigen una sociedad, comunidad, empresa o familia son de ese tipo es seguro que su entorno estará envuelto en una fragancia de verdadera libertad. Porque ser individual es ser libre, y ser libre es más que poder caminar por las calles y elegir que ropa ponerse, ser libre es identificar en si mismo el gran potencial de nuestra mente que es nuestro tesoro, es reconocer lo que somos y cuanto valor poseemos y finalmente es hacer uso de la capacidad de progresar y desarrollarse.

Por: Mardam
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Mitos y realidades en el consumo de drogas


Mitos y realidades Libro

ADICCIONES: DROGADICCIÓN Y ALCOHOLISMO EN LA ADOLESCENCIA

Los términos toxicomanía, drogadependencia o drogadicción suelen ser utilizados habitualmente como sinónimos para referirse a un estado psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un fármaco o una sustancia, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir una droga en forma continua o periódica a fin de experimentar sus efectos psíquicos. 

Usualmente, el término adicción está vinculado al consumo de sustancias psicoactivas, pero se ha extendido a otras situaciones que no requieren del consumo de ninguna sustancia, como el juego (ludopatía), la compulsión a la búsqueda de sexo o el uso de internet, y ha estado sometido a múltiples discusiones a lo largo de los siglos XX y XXI, siendo objeto de variadas definiciones que reflejan, más bien, el estado de ánimo social y político más que una discusión netamente científica. 

Consignamos en primer lugar la perspectiva de la psiquiatría sobre la adicción a drogas:

La O. M. S., Organización Mundial de la Salud, define a la drogadicción como el consumo repetido de una droga que lleva a un estado de intoxicación periódica o crónica1. Y respecto del término droga propone utilizarlo para referirse a: “cualquier sustancia que introducida en el organismo es capaz de modificar una o varias de sus funciones”2. 

El DSM-IV, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, citando la definición de “droga” que propone la OMS, agrega algunas consideraciones: “es toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier mecanismo (ingestión, inhalación de gases, intramuscular, endovenosa, etc.) es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central del consumidor, provocando un cambio en su comportamiento, ya sea una alteración física o intelectual o una modificación de su estado psíquico”3.

Drogadicción

Libro estadístico (ver)



La definición de droga propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a todas las sustancias psicoactivas como: "…cualquier sustancia que, al interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de ánimo, cognición, conducta o funciones motoras". Esto incluye el alcohol, el tabaco y los solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos psicoactivos.
Las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el control de drogas no establecen una distinción entre drogas legales o ilegales; sólo señalan el uso como lícito o ilícito. Pero en general se emplea el término droga ilegal o ilícita al hablar de aquellas que están bajo un control internacional, que pueden o no tener un uso médico legítimo, pero que son producidas, traficadas y/o consumidas fuera del marco legal.
El alcohol y el tabaco, en estas organizaciones internacionales, son generalmente mencionados como sustancias más que drogas, debido a que no están sujetas al control político internacional, con lo que se trata de pasar por alto que, además de sus fuertes propiedades adictivas, son las que causan mayores daños a la salud individual y pública en prácticamente todo el mundo. Por otra parte, en algunas poblaciones las drogas médicas usadas fuera de un adecuado control terapéutico son la principal causa de abuso y adicción; los solventes volátiles, aunque no están dentro del mencionado control internacional, son frecuentemente usados con fines de intoxicación por niños en muchos países, como en México.
Las drogas son consumidas para aliviar el dolor, para el tratamiento de una enfermedad, para cambiar el estado de ánimo, para una búsqueda o abandono de la identidad, como un escape, para olvidar o para explorar estados de conciencia y sensaciones. La OMS habla de abuso de drogas cuando se presenta un uso persistente o esporádico excesivo de las drogas fuera de una práctica médica aceptable. Como esto fue considerado como muy ambiguo, se comenzó a remplazar el término abuso con el de uso dañino, que incluye: "un patrón de uso de sustancias psicoactivas que causa daño a la salud (…) física o mental". Sin embargo, dentro del contexto del control internacional de drogas, la OMS utiliza el término abuso para ser consistente con los términos utilizados por las Convenciones, que emplean indistintamente los términos abuso, uso inadecuado o uso ilícito.
El término abuso o uso inadecuado puede tener diversos significados en distintos países de acuerdo con lo que se considera un problema de abuso de drogas en una cultura específica. Además la expresión abuso de drogas no hace una distinción entre los que las consumen de manera ocasional, habitual o presentan dependencia hacia las sustancias. En general, se ha optado por emplear indistintamente los términos usar o consumir; el concepto de abuso incluye un daño a la salud física o mental del consumidor, o se aplica a un patrón de consumo que es frecuente e interfiere con otros aspectos de la vida, o se presenta de manera ocasional en periodos de consumo intenso.
En 1963, la OMS decidió abandonar los términos adicción y habituación, para reemplazarlos por dependencia, entendida como:
Un estado psicológico y a veces también físico resultante de la interacción de un organismo vivo y una droga, caracterizado por respuestas conductuales y de otro tipo que siempre incluyen una compulsión por tomar la droga de manera continua o periódica para experimentar sus efectos psíquicos y, a veces, para eludir el malestar debido a su ausencia. La tolerancia -una disminución de los efectos específicos a la misma dosis de la droga y por lo tanto la necesidad de aumentar la cantidad y/o frecuencia- puede o no estar presente en la dependencia; una persona puede ser dependiente a varias drogas.
En 1992 se pensó que era necesario aclarar más el término y fue modificado por: "un grupo de fenómenos fisiológicos, conductuales y cognitivos de variable intensidad, en el que el uso de drogas psicoactivas tiene una alta prioridad; (…) hay preocupación y deseo de obtener y tomar la droga, por lo que se adoptan conductas para buscarla.

La investigación muestra que el inicio del uso de drogas a menudo ocurre durante la adolescencia o juventud, periodo de transición caracterizado por el estrés, la ansiedad y la búsqueda de nuevas sensaciones, así como de diferenciación de los adultos. Puede comenzar como una forma de manejar emociones negativas y de respuesta al sentimiento de vivir en un mundo caótico y hostil. Se ha señalado reiteradamente que la presión del grupo de pares, la curiosidad y la pobre integración familiar, son factores que contribuyen al uso de drogas. Asimismo, son mencionados otros factores, como la pobreza, la falta de alternativas y una percepción desesperanzada del futuro.

El Alcoholismo (ver documental)

RIESGOS Y CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE ALCOHOL

El consumo excesivo de alcohol puede ocasionar daños a nivel físico y mental a parte de los perjuicios sociales. El riesgo de padecer estos daños es mayor cuando este consumo se inicia en la adolescencia.

RIESGOS A CORTO PLAZO 

Se puede llegar a la intoxicación etílica, que puede provocar un coma e incluso la muerte. Favorece conductas de riesgo. Está muy relacionado con accidentes de tráfico o con prácticas sexuales de riesgo, que pueden llevar a contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados debido al menor autocontrol y desinhibición.


RIESGOS A LARGO PLAZO

Puede provocar importantes problemas de salud (orgánicos o/y psicológicos), conflictos familiares y sociales incluso en personas que no han desarrollado una dependencia y no son alcohólicas.  Orgánicos: Hipertensión arterial, gastritis, úlcera gastroduodenal, cirrosis hepática, cardiopatías encefalopatías, cáncer
  Psicológicos: Alteraciones del sueño, agresividad, depresión, disfunciones sexuales, perdidas de memoria, deterioro cognitivo, demencia alcohólica, psicosis   Una de las consecuencias más graves es la dependencia alcohólica o alcoholismo.

La dependencia alcohólica. La persona no se puede controlar el consumo a pesar de intentarlo. Puede ir acompañada de:  Tolerancia. Necesidad de aumentar la dosis para obtener los mismos efectos  Síndrome de abstinencia. Ansiedad, temblores, insomnio, náuseas, taquicardia e hipertensión. Síntomas que las personas tienen cuando dejan de beber alcohol de repente después de haber estado bebiendo mucho durante semanas o meses. Puede llegar a ser muy grave e incluso producir la muerte.

El riesgo de desarrollar alcoholismo depende de:  Cantidad que se bebe  Edad de inicio: cuanto antes se empieza a beber, existe más riesgo de desarrollar dependencia en la edad adulta.  Vulnerabilidad individual: tienen un mayor riesgo los hijos de padres alcohólicos y las personas que lo utilizan para aliviar el malestar psicológico o superar sus problemas personales.

SEÑALES DE RIESGO

Beber mucha cantidad en poco tiempo. Beber más alcohol del que puedes eliminar por cantidad o por ritmo supone un riesgo para el organismo. Al principio no se nota la borrachera porque el alcohol tarda más tiempo en ser absorbido pero luego viene de golpe. 

La habituación. El consumo de alcohol puede crear problemas muy serios si se prolonga en el tiempo. El organismo se habitúa al alcohol, necesitando dosis mayores para conseguir los mismos efectos (tolerancia) y puede producir: - Dependencia psíquica: la persona tiene tan asociado el beber o estar colocado a la vida diaria que se cree incapaz de funcionar sin beber. - Dependencia física: el organismo se adapta al alcohol y realmente no puede funcionar sin esta sustancia. Ante la ausencia de alcohol en sangre el organismo sufre una reacción muy fuerte que se denomina síndrome de abstinencia:   Menor: temblor en las manos, labios y piernas, ansiedad, sudoración,  náuseas…  Mayor: “Delirium Tremens” caracterizado por la pérdida de la  conciencia y la  disociación del pensamiento, con alucinaciones. Se produce cuando se  interrumpe bruscamente el consumo intenso de alcohol. 


martes, 10 de abril de 2018

DEPRESION ADOLESCENTE

Los síntomas depresivos en los adolescentes son tomados con frecuencia como
«comportamiento normal del adolescente», y se considera que son el producto de los cambios hormonales normales, lo que, en muchos casos, dificulta el diagnóstico, negando o retardando la ayuda que necesitan. 
 
El mayor número de adolescentes deprimidos está
entre los 13 y los 15 años de edad, rango que coincide con las épocas de más baja
autoestima de este particular período del crecimieno.Los adolescentes no necesitan «razones de peso» para deprimirse. En apariencia soninvencibles e invulnerables, pero en el fondo pueden estar profundamente cuestionados y dolidos, no tienen consolidada su identidad y son severos críticos de sí mismos. 
 
La depresión parece presentarse con mayor frecuencia en familias con problemas
maritales, en las que el adolescente tiene más dificultad de establecer su identidad (Revista
del IX Congreso Nacional de Medicina General, Op.
cit.), aunque es importante recordar que cada adolescente es único en la forma que respo
nde al ambiente que lo rodea, no sólo al ambiente familiar sino al escolar y con los amig
os.
 
La sensibilidad del adolescente se altera por el manejo de las emociones en conflicto junto
con el despertar de la sexualidad. Los cambios que ocurren en el cuerpo de los adolescentes no son asimilados en forma adecuada por algunos de ellos, lo cual les genera depresión. Adolescentes sometidos a abuso sexual y/ o con problemas de orientación sexual (homosexualidad) pueden presentar también uncuadro depresivo. Cerca de los 14 años, las adolescentes tienen el doble de probabilidades de entrar en un cuadro depresivo (Ibídem).
 
El adolescente promedio manifiesta aburrimiento, pérdida de interés, desmotivación y/o
tendencias a actuaciones antisociales o apatía (poco interés) ante situaciones que de lo contrario serían atractivas. Es muy factible encontrar comportamientos más bien agresivos,
descalificadotes y desafiantes que de tristeza o abatimiento como tales. 
 
Los padres con frecuencia notan en ellos bajo rendimiento académico, irritación constante y
problemas para dormir. 
 
En los casos más severos de depresión, los jóvenes pueden comenzar a pensar en el suicidio. Muchos de los intentos suicidas de la juventud se enmascaran como «accidentes» de severidad considerable, como en las muertes que
ocurren como resultado de conducir vehículos automotores a exceso de velocidad, en
ocasiones bajo el efecto de drogas o por el consumo de bebidas alcohólicas en adolescentes deprimidos, tal como se comentó anteriormente.
 
Es importante tener siempre presente el tiempo en el que se han presentado los síntomas.
 
Si el adolescente presenta ideas suicidas, falta de apetito y falta de interés en toda
actividad social durante más de 2 semanas, se debe estar muy alerta. Tienden a aislarse y
a tener ideas suicidas por los sentimientos de culpa y de incapacidad para afrontar la vida
diaria. La depresión en el adolescente envuelve más problemas interpersonales y de baja
estima que la depresión en el adulto.
En algunos casos se puede confundir este comportamiento alterado con el síndrome de
falta de atención, agresividad, hiperactividad, desórdenes de la alimentación, problemas del
sueño, cuando en realidad la enfermedad de fondo esla depresión.
Es parte de nuestra labor como docentes el estar con los ojos muy abiertos para detectar
este tipo de sintomatología en nuestros adolescentes, para poder brindarles la mejor y más
pronta orientación y que así puedan recibir la atención adecuada. La conducta abúlica de los adolescentes muchas veces no obedece a que no encuentran algode su interés y estén aburridos sino a que están deprimidos.
         
La etapa adolescente conlleva una serie de situaciones de cambio que hay que afrontar    y    que  no todos pueden lograr con éxito.
 
El hecho de tener un comportamiento retraído en exceso, de mostrarse preocupado, de sentirse temeroso al extremo y aislado pueden ser los síntomas que enciendan la señal de alarma.
 

ESQUIZOFRENIA






¿Qué síntomas produce la esquizofrenia?


Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en dos grandes grupos: los síntomas positivos, que son experiencias anormales, y los síntomas negativos, que son más la ausencia de conductas normales.

Síntomas positivos:

Alucinaciones: las alucinaciones son experiencias sensoriales que se originan dentro del cerebro en vez de tener su origen en el exterior. Las alucinaciones son causadas por la enfermedad. Los pacientes esquizofrénicos algunas veces oyen voces (alucinaciones auditivas) que una persona sana en la misma situación no escucha, o ven cosas (alucinaciones visuales) que otras personas no perciben. El paciente habitualmente tiene dificultades para diferenciar lo que son alucinaciones y lo que son percepciones reales.

Ideas delirantes: son creencias falsas y persistentes, que son constantes, no fluctuantes o simples deseos que no son compartidos por otros que el paciente cree reales incluso aunque haya pruebas de lo contrario.

Trastornos del pensamiento: debido al deterioro de la función cerebral, el pensamiento lógico de muchos pacientes está deteriorado si se compara con el que tenían antes de su enfermedad. Sus pensamientos y su lenguaje están alterados.

Trastorno de la autopercepción: A menudo, el paciente tiene una percepción distorsionada de sí mismo. La distinción entre él mismo y lo que le rodea puede ser borrosa.

Síntomas negativos:

Falta de energía y motivación: es un síntoma negativo frecuente. Debido a la enfermedad, muchos pacientes pierden su entusiasmo normal, su energía y su interés por lo que les rodea. Esto implica, con frecuencia, que los pacientes son incapaces de cumplir con sus obligaciones o de llevar una vida social normal.
Trastornos emocionales: el paciente pierde la capacidad de experimentar placer y no puede sentir emociones normales como lo hacía con anterioridad. Depresión, falta de autoconfianza o mal humor son alguno de los síntomas más frecuentes.

Retraimiento social: se observa a menudo estos pacientes. El paciente puede reducir sus contactos con otras personas al mínimo e, incluso, con sus amigos y familiares. Debe evaluarse a cada paciente por separado para saber si este rechazo al contacto con otras personas es expresión de un mecanismo de defensa contra la hipersensibilidad asociada a la enfermedad, o si bien el paciente debe de ser animado a tratar de romper su aislamiento social.

Padres eficaces

Al entrar en la enseñanza Secundaria hay una cierta relajación en la atención que los padres prestan a sus adolescentes. Nada más equivocado...