Una manera efectiva aunque escurridiza:
Debemos captar las señales emocionales.
En este aspecto la mujer tiene ventaja sobre el hombre. De todas maneras, es algo que todos tenemos que aprender: captar las señales de si debemos cambiar nuestro lenguaje, ser más tajantes o más suaves, captar los sentimientos y emociones y simplemente ser susceptible a la situación.
Esto no es fácil, esto es material y técnicas de aprendizaje extras, pero esto se llama la cumbre del aprendizaje para esas medidas extras de satisfacción que vienen con la comunicación cuando se aprenden esas técnicas extras.
Debemos también, saber lo que esta pensando el público cuando nos están comprendiendo y cuál es el efecto desde un niño hasta un auditorio lleno de gente; leer.
Intensidad; aquí empieza el poder de lo que decimos. Parte de la fuerza en lo que decimos, está en las palabras que escogemos. La mayor parte de la fuerza en lo que decimos, está en las emociones que introducimos en nuestras palabras.
Algo que tiene un poder sin par, son las palabras cargadas de emoción. Las palabras surten un efecto, pero las palabras cargadas de emoción tienen un efecto increíble.
Nuestras palabras pueden llegar al público, pero si no los podemos conmover con nuestro espíritu, no podremos conmoverlos con nuestras emociones, sentimientos y creencias y entonces podemos pensar que no hemos afectado mucho a nuestro público.
Las palabras pueden ser descritas como un alfiler: Cuando un hombre compra una camisa, está llena de pequeños alfileres y si el toma uno de esos alfileres y lo tira contra alguien y le da en la cara o en la mano, probablemente sentirían el pequeño alfiler. Esto quiere decir que el hombre los ha conmovido con sus palabras, pero si toma ese pequeño alfiler y los amarra al final de una barra de hierro y los tira así, los puede hacer llegar al corazón.
Ahora, se puede hacer esto porque el alfiler representa a las palabras, pero la barra de hierro representa a las emociones, los sentimientos, las creencias, las promesas, todo lo que somos.
Si podemos introducir más de lo que somos en lo que decimos, sabe Dios qué milagros podríamos lograr. Quién sabe el efecto que pudiera tener.
La persuasión verdadera, viene de entregarnos nosotros mismos dentro de lo que hablamos, pero es muy importante que aprendamos a medir nuestras emociones. No debemos dispararle a un conejo con un cañón. Tendría efecto pero nos quedaríamos sin conejo. Esto se conoce como demasiada potencia de fuego para la explosión.
No necesitamos una bomba atómica para un punto menor. Tiene que ser suficiente, pero no demasiado para entender como medir el flujo de emociones para plantear un punto, pero si necesitamos equipo pesado, debemos tomarlo, y si necesitamos un enfoque más suave, debemos aprender a medirlo en términos más suaves y más fáciles, pero es muy importante medir nuestras emociones y sentimientos.
Al hablar de intensidad de las emociones, nos referimos a todas nuestras experiencias y cómo nos afectan a nosotros.
Esa es la suma total del contenido emocional. La suma total de nuestras emociones es dónde hemos estado, qué hemos oído, qué hemos visto, a quienes hemos conocido, el panorama completo de las experiencias de la vida para nosotros hasta ahora y cómo nos hemos sentido por todo eso.
El secreto está en aprender a medir todo esto e introducirlo en cantidades efectivas en las palabras que nosotros escojamos, entonces la clave para una comunicación efectiva son palabras bien escogidas cargadas de emociones bien medidas.
Las emociones a flor de piel puestas en palabras bien escogidas, pueden tener el más dramático efecto sobre la mente y el corazón de alguien. No imaginas la extensión de su alcance al practicar las técnicas de comunicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario